Desde hace algún tiempo muchos profesionales sanitarios han comprobado lo beneficioso que supone recibir sesiones de Reiki tanto para los enfermos de cáncer como para sus familiares. En países como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Suiza o Alemania, entre otros, es práctica habitual la colaboración entre médicos y enfermeras con los practicantes de terapias complementarias como el Reiki, ya que se ha comprobado que éstas suponen una mejora significativa en el bienestar del paciente.
A corto plazo El paciente de cáncer que recibe Reiki siente un equilibrio relajante y armonioso que transmuta sus sentimientos negativos, disuelve bloqueos y le aporta orden en todos sus niveles energéticos (físico, mental emocional y espiritual).
A medio plazo La energía de Reiki incide directamente sobre la enfermedad potenciando y aumentando la eficacia de los tratamientos médicos. Durante el proceso, el organismo del paciente recupera su capacidad regeneradora lo que favorece su mejoría. Además, disminuyen o incluso desaparecen los efectos secundarios de la quimioterapia y/o radioterapia. El Reiki reequilibra el sistema inmune del paciente, influye sobre el desorden de las células que han producido el cáncer y mejora su calidad de vida.
A largo plazo Si consideramos que el cáncer es la última y más grave manifestación de un desequilibrio o bloqueo a nivel emocional, mental o espiritual, se concluye que si no se abordan esos patrones mentales o emocionales que han producido el bloqueo, será muy difícil la erradicación de la enfermedad. El Reiki llega hasta esos desajustes para identificarlos y equilibrarlos.
El paciente, parte activa Muchos pacientes quieren ser parte activa en su curación. El Reiki les proporciona una herramienta que pueden utilizar ellos mismos. Con tan sólo unas horas de aprendizaje obtienen los conocimientos necesarios para auto tratarse con Reiki. Meditaciones, respiraciones conscientes y otros ejercicios suponen una gran ayuda para el enfermo de cáncer que encuentra en este método un complemento ideal para vivir la enfermedad de forma asertiva.