Las sesiones de Reiki suelen tener una duración de sesenta minutos. Salvo que la situación del paciente lo requiera, el tratamiento se realiza sobre una camilla, no es necesario desvestirse. El terapeuta sitúa sus manos en diferentes puntos del cuerpo durante un tiempo determinado. Lo aconsejable es recibir un tratamiento a la semana durante cuatro semanas, pero las características de cada caso pueden cambiar esta norma general para adaptarse a las necesidades del paciente. Su energía y su estado son los que dan la pauta en la frecuencia de los tratamientos. El receptor de Reiki suele experimentar estados de profunda relajación, incluso puede llegar a dormirse. La ausencia de sensaciones no significa que la energía no haga su efecto, cada organismo reacciona de forma diferente. Importante: El Reiki nunca sustituye ningún tipo de tratamiento médico.